Un granjero compra un nuevo gallo y lo mete en el corral. Inmediatamente se le empieza a caer la baba al ver tantas gallinas juntas, pero de repente ve a otro gallo viejo y decrepito medio escondido en el fondo, y rápidamente se dirige a el dispuesto a pegarse.
– Oye, ¿Pero qué vas a hacer?
– Te voy a matar, viejo inútil, no hay sitio en este gallinero para los dos… de hecho, creo que no hay sitio ni para ti solo.
– ¿Pero eso te parece bonito, con lo viejo y hecho polvo que estoy? No tengo ninguna posibilidad de sobrevivir contra un joven fuerte y sano como tu. Además, no hay necesidad de que nos matemos. Mira, ¿Que te parece si hacemos una carrera? El que gane, se queda con todas las gallinas y el que pierda, se queda a verlas venir. ¿De acuerdo?
– Vale, ya ves que miedo, tampoco tienes ninguna posibilidad de ganarme…
– Pues mira, vamos a dar tres vueltas al pajar. ¿Qué te parece si me das una vuelta de ventaja?
– Ja, ja, ¿Solo una? ¡Pero si con lo que cojeas no vas a poder acabar la carrera! Ja, ja, de acuerdo.
Total, que empiezan a correr, el gallo viejo tiene que dar dos vueltas y el joven tres. El joven inmediatamente toma la delantera, y antes de que el viejo haya completado la primera vuelta, el otro se le esta acercando por detrás, y justo en el momento en el que le va a alcanzar, ¡¡¡BAM!!! El gallo joven cae muerto y se oye al granjero decir, mientras recarga la escopeta :
– Mierda, ya son tres los gallos maricas que he comprado este mes, y mira que ya es casualidad que todos me persigan al viejo alrededor del pajar, a este paso nunca lo jubilo.
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El gallo viejo
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